15 Mar Green Possession

Hi, Superkalihealthyfriends! Os voy a contar una cosa. Shhht! Sobre todo no lo contéis a nadie y, por supuesto, no creáis nada de lo que digo. Básicamente porque sólo es una historia, mi historia. Y la que importa es la vuestra.

Cuando comencé toda esta story, lo primero que me poseyó fue el verde. Realmente me sentí (o me convertí, en una meditación, kling!) en un diamante verde en forma de corazón (omg!) y por eso decidí tatuármelo en la nuca. Justo después de eso mi cuerpo decidió por mí dejar de fumar (fuera! out!). Y necesité rodearme de verde, respirar verde, llenarme de verde, like a fool!

Antes de aquel episodio superkalimágico ya era  y había decidido decir definitivamente (no!) a la carne y al pescado, a la leche y a los huevos (básicamente a todos los alimentos de procedencia animal porque era adicta al queso, cheeeeese!). ¡Y mira que me costó! Me había pasado la mitad de mi vida siendo una vegetariana encubierta de «normalidad». Pero al final la  y la naturaleza interna de lo que somos siempre cede. Por cierto, el yoga y la meditación son grandes amigos de base submarina-subyacente-subterránea en esta historia, de aquí los ojos que han abarrotado este Blog: mira hacia adentro y descubre que lo de afuera es puro reflejo de lo que hay dentro. Parecen sólo palabras, pero seguro que ya lo habéis experimentado alguna vez. Y cuando descubres que esto es así, siempre, no hay vuelta atrás. Por eso también soy.

Entonces, resumiendo, que decidí dejarme guiar a pleno pulmón, a tiempo completo, completely, por las leyes que dictaran mi corazón y mi tercer ojo, me bauticé con agua marina y me caí en una marmita de greenjuice (el que aparece en la foto = manzana+col kale+jenjibre+limón+apio+perejil+pepino+canela) y me declaré  (aquí ya dejé el queso, el gluten, el azúcar, los alimentos procesados, me hice amante del raw food, los super foods…) y en última instanciapues el amor es el impulso que nos permite tomar decisiones firmes, sin temor, con una sensación de plena confianza y por supuesto muy distinta a la de las decisiones que se toman con la cabeza, donde no hay «síes» ni «noes» rotundos, sólo un mar de «ysíes» «ynoes» mutables que oscilan respecto a la proporcionalidad del miedo.

He aquí cómo el verde se convirtió en uno de mis caminos favoritos. Y este tipo de alimentación en una filosofía que te transforma, porque entra por las venas (para los que preguntáis ¿notas cambios? Sí, noto cambios ¿no lo ves? Tantos que he puesto mi vida patas arriba, porque al quitar las capas de mugre que se habían acumulado dentro de mí y a mi alrededor, «he visto», he visto con claridad las cosas que realmente me importan. Y he recuperado la energía, la salud y la lucidez para ponerme manos  a la obra).

Voilà my green possession.

¡Síguela! You Can Do It!

P.D. Y no me refiero a que sigas mi historia, sino a que sigas la tuya propia. Que mires adentro, honestly, que mires afuera, con atención y evalúes qué es lo que se te ha impuesto y qué es lo que has decidido plenamente tú, desde el corazón. Y, pase lo que pase, cueste lo que cueste, estés donde estés, da el sí. Vale la pena. Y no tanto por el resultado, sino por todas las cosas que vas a aprender por el camino.